
En un día ventoso, que acabo volcando los caballetes y estropeando la obra de dos compañeros, estuvimos pintando en Caballar.
La villa de Caballar se asienta sobre lo que fue un antiguo castro romanizado. En la documentación histórica se menciona al lugar como Cova Cavallar, en clara referencia a una cueva o abrigo natural que ejercía como cuadra. Caballar como otras villas de su entorno fue donada por la reina doña Urraca al obispado de Segovia, por lo que paso a formar parte de las Tierras de la Episcopalía de Segovia.
La iglesia parroquial de Caballar se dedica a Nuestra Señora de la Asunción. Es un imponente edificio románico fechado en siglo XIII, cuya planta la constituye una sola nave de cabecera semicircular, que se cubre con bóveda de medio cañón, raro en el románico segoviano.


En época de sequía era tradición sumergir estas cabezas en la Fuentesanta de Callallar para así atraer la lluvia, dando origen a la conocida tradición de 'Las Mojadas de Caballar'. Después de eso siempre llueve.
Cerca del pueblo se localiza el paraje de las 'Tres ermitas'donde se localizan las ermitas dedicadas a los tres santos segovianos, así como a santa Catalina.
Tiene el pueblo, que está en un valle antes lleno de frutales y ahora de choperas, muchas cuestas y mucho verde, con lo difícil que es pintarlo a l@s que no sabemos.
Después fuimos a comer, (y muy bien que comimos), a Turegano, estupenda villa con mucha mas historia aún que Caballar pero permitirme que la deje para otro día, y allí se pintó otro poco. Tema inevitable el castillo.
Os dejo las fotos, de los cuadros y de la comida, en esta carpeta y os pongo los del protagonista de la jornada: Ángel Contreras. Hizo "hat tree"